miércoles, 5 de septiembre de 2007

Cambio de dirección


Llegaba hacia el andén preguntándome qué sería de mi si me fuese para el lado contrario del que planeaba ir. Qué cambiaría de mi día si no hago lo que tenía planeado? Y ahí lo decidí, tome el otro tren..

Me fui hacia una ciudad que nunca supe el nombre, pero ahí baje. Pasé mi boleto y comencé a caminar...y camine y camine, hasta topar con un árbol lleno de hojas verdes y amarillas. Me pregunté cómo se vería el mundo desde allá arriba, desde la punta de ese árbol, y pensé que solo lo podría saber si me subía. Y asi fué. Una pierna, luego la otra, luego otra rama, luego la cima. Y ahí me encontré, desde arriba, media asustada, ya que un poco le temo a las alturas. Pero nada podía opacar lo que veía: un mundo lleno de personas en su mundo, los pájaros volaban al ras de mi cabeza, casi casi que podía tocar el cielo, desde allí se alía otro olor, era raro, pero no feo, simplemente otro. Y me detuve a analizar a la gente, a cada una de ellas. Desde ahí arriba todo se veía muy diferente, mucho mejor. No había problemas, la gente no gritaba de dolor, comprendí que lo que decían eran palabras de amor. Algunas reían y hacían contagiar a los demás. Otras cantaban y bailaban al campas del ladrido de los perros. La ciudad estaba bañada en felicidad.
En un momento pensé en no volver a bajarme, me sentía de algún modo poderosa en las alturas. Pero al instante supe que no tendría sentido, aún de esa perfecta visión me aburriría.Y qué sería de mí cuando bajara? Me animaría a perder lo que tenía solo por una hermosa vista?
Entonces bajé del árbol y apoyé nuevamente mis pies sobre el asfalto. Una sensación de vacío me atormentó, todo lo que había sentido ahí arriba cambió. Volví de rrepente a ser yo, y no vi otra cosa que no sea mi rutina, la gente era simplemente gente, nadie reía, lloraba, ni corría.
Mas tarde, volví a tomar el tren hacia donde había empezado a reflexionar. Pero esta vez me fui para el lado que debía, ahí donde voy todos los días. Fué agradable ese impulso de intentar cambiar mi destino, pero solo fué una aventura. Una que hizo movilizar mis pensamientos y deshizo mi estructura de la vida.


A veces es bueno detenerse un instante y solo mirar. No todo es tan malo, ni tan bueno, simplemente es lo que es y lo que hay.