Una niña camina sobre las piedras, sus pies sangran pero no parece darse cuenta. Ella sigue, como hipnotizada, una luz. No sabe bien qué significa, ni sabe a dónde la llevará. En realidad ni siquiera sabe si es una luz. Pero ella sigue caminando. Derrepente una voz la acompaña. Suave y enternecedora. Sin pensar porqué, la escucha. Al cabo de unos minutos se detiene, la voz calla, ella se encuentra sola con su vida. En frente, dos caminos. En uno, arboles desojados, día nublado, olor a soledad. En el otro, un sol radiante, mariposas de colores, una vida realizada. Entonces se pregunta cuál elegir. No puede volver atrás, ya es tarde para eso, tiene que decidirse. En ese momento aparece nuevamente la voz: Te puedo ofrecer dos vidas, completamente diferentes, tienes que elegir... ¿Qué camino tomarás? Por un lado, tu vida hecha, vivirás con honra, nunca te faltará nada ni sabrás lo que es dolor. Por el otro, parece no haber muchas comodidades, puede que vivas estrezada y llena de problemas. Pero eso tienes que averiguarlo vos misma. Y preguntó nuevamente: ¿Cuál elegirás?
La niña, cerrando los ojos, respira profundo y piensa al respecto. Entonces le contesta: la felicidad es lo que mas anhelo en esta vida, es mi sueño mayor. Pero ¿qué sería de ella sin la infelicidad? ¿No es mejor ganarse la vida, que vivir una regalada y sin esfuerzos? Yo prefiero pelear por lo que quiero, que vivir en una burbuja de colores radiantes. Prefiero la reconciliación, el perdón, el reencuentro. Quizá me equivoque, pero si no pruebo... ¿cómo voy a saber?
La voz desaparece por última vez. La chica avanza hacia el camino oscuro, con miedo, pero a la vez tranquila, ella sabe que si no lo deja de intentar, logrará lo que se proponga.
